Vanakara lanzó “Mercado negro”, a mediados de marzo de este año. Se trata del segundo material discográfico de la banda platense.
El disco contiene 7 canciones y cuenta con una edición de lujo en formato físico, que mezcla el mundo del packaging y el arte de tapa con el universo digital.
La banda presentará, por primera vez, el álbum en vivo este viernes 17 de mayo en Guajira (49 entre 4 y 5). Las entradas se pueden conseguir en Jason de Plaza Italia.
Además, es una fecha imprtante porque es el relazamiento del grupo, con una nueva formación: Pablo Mercado en el bajo, Sebastián Belgamo en la batería, Federico Pesci en las guitarras, Facundo Da Silva Sequeira en los teclados y Juan Marano en las voces y en algunas guitarras.
Antes de la presentación, Estación Sur Digital conversó con su cantante y compositor, acerca de la gestación de su nueva obra.
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- ¿Cómo fue el proceso de grabación del disco?
La grabación de Mercado Negro fue extraña. Este disco, como casi todo, iba a ser otra cosa. Unos días antes de que se declare el quilombo que se armó (pandemia), habíamos retomado conversaciones de maquetas y preproducción con los productores Roberto Garcilazo y el Topo Espíndola, repitiendo una fórmula de producción que había funcionado bien anteriormente. En el medio de la locura generalizada, el encierro, empezamos a preparar las maquetas vía whatsapp, dado que todavía no había una sola vacuna en el horizonte. Le mandábamos las canciones en guitarra o en bases truchas a los productores y ellos pensaban propuestas, nosotros las escuchábamos y así empezamos a esbozar las maquetas y a planificar a medida que la situación iba escampando un poco. Pasamos de programar un disco caliente, tocando todos juntos, a ensayar en 2022, todos separados en habitaciones distintas, cableadas y microfoneadas para poder ejecutar los instrumentos en modo ensayo. That´s life… Nunca supimos bien donde estaba cada uno. Recuerdo que yo era el encargado de abrir algunas ventanas cada 30 minutos o una cosa así, para que se ventile el ambiente. Y así llegamos a la grabación de las bases. El tiempo pasó, la pandemia terminó y Mercado Negro ya estaba grabado. Empezamos las mezclas y luego se masterizó en 2023.
- ¿Cuál es el mensaje de Mercado Negro?
Pinta criticar buenamente a la sociedad en la que nos tocó vivir. Ojo, nunca desde un delirio de superioridad estética o intelectual, eso es para giles. El disco está enrollado en una mirada sociocultural y sociopolítica, quizá con la intención de que nos avivemos un poco de cómo son algunas cosas, por lo menos las que podamos pescar… por lo menos las cosas que no se logran escapar en la velocidad que han tomado. Supongo que las letras son el resultado de pensamientos rumiantes. La sociedad, o una parte de ella, quizá sea por ahora un gran atractivo para ir armando esto de las letras. Quizá en Mercado Negro hay una gran cosa alrededor del desquicio de las Redes Sociales, por ejemplo.
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- ¿Cómo ves a la escena musical y cultural en la actualidad?
Un punto es el tema de lo que estamos viviendo en términos de batalla cultural, que más que batalla, ya es realmente una guerra. No es novedad el intento de desfinanciar la cultura nacional, la salud y la educación. Siempre que esto pasa, favorece a los productos culturales manufacturados en otras latitudes… no es novedad la cancelación de quienes se atreven a denunciar ese business. El ataque a ciertos artistas de la escena cultural es flagrante y tampoco es novedad. Los problemas económicos no solamente afectan a los productos culturales en su totalidad, incluso a los artistas que tienen más respaldo. El problema de la educación, su desfinanciamiento, el problema de la pobreza, entre otras cosas, hace que el tejido social se termina de deshilachar, y eso genera respuestas, claro, pero también genera que la escena cultural se vea fuertemente afectada, sobre todo cuando van pasando los años y las distintas administraciones joden más las cosas. Eso tiene un impacto directo en nuestras vidas y en la escena cultural en general. Imagino cualquier sala a la que le viene una cuenta de luz que no puede pagar, por ejemplo.
A la escena musical, tratando de salirme de la coyuntura, la veo con los mismos matices de toda la vida, pero andamiada con algunas cosas nuevas. Hay cosas profundas poco conocidas, hay cosas frívolas híper famosas, hay cosas artísticas interesantes a la que la gente le presta atención. Veo muchos problemas económicos para llevar adelante producciones sin la ayuda de empresas discográficas, pero veo proyectos que lo logran. Veo grieta en la música y en la cultura. Es un país y creo que un mundo muy polarizado, la música y la cultura no escapan a eso. Hay cosas disruptivas y también, siguen habiendo imitaciones. Hay modas y hay clásicos. Y me he llegado a convencer que esto será siempre un poco así. Quizá lo que más haya cambiado en estos años en los que Vanakara estuvo en silencio, sea la comunicación y la hiperdigitalización de un universo que hasta hace algunos años conservaba ciertas cosas analógicas. La pandemia precipitó un capitalismo digital, y también una resistencia que un poco anida en la misma digitalización pero de otra manera que mejor pueden explicar comunicadores y filósofos de la talla de Byung-Chul Han. Pero sí cambió mucho la forma en la que nos comunicamos. Supongo que, por un lado, esto ayuda y por el otro, desconecta. Será cuestión de encontrar el tan ansiado equilibrio.