Por Elías Merdek*
Mario Oporto es docente universitario, profesor de historia y un histórico dirigente peronista con larga trayectoria como funcionario de la provincia de Buenos Aires y como legislador nacional. Desde este doble rol, se erige como una voz autorizada para poner en perspectiva el momento actual que atraviesa el peronismo.
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En diálogo con La Unión planteó la necesidad de un acuerdo programático que puede ser la síntesis entre el liderazgo y las propuestas de Cristina a través de sus cartas y el federalismo de Quintela. “Yo creo que hay que empezar por el programa y no por disputas personales“, sentenció, además de criticar la falta de racionalidad y profundidad del debate actual, que a su juicio se centra en cuestiones personales y no en propuestas. “Eso incomoda porque divide aguas y uno tiene que tomar partido y terminamos enfrentando a gente que pensamos parecido”, lamentó.
- ¿Cómo la estás viendo vos a la interna por la conducción del Partido Justicialista.
Me parece que esta discusión era una consecuencia natural de un gobierno anterior que nosotros tuvimos la responsabilidad de llevar adelante y fracasó. Eso no es gratuito. El debate en algún momento se iba a dar y la interna por la conducción del Partido Justicialista ha sido la excusa o el motivo.
Yo la vivo con bastante incomodidad porque hubiese preferido que se resolviera con más racionalidad y con más profundidad y no como una pelea tan personalizada. Cristina en sus últimos escritos, donde planteaba que era “la economía bimonetaria, estúpido”, tiene una coherencia con discursos de sus primeras apariciones como candidata a presidente. Ahí hay una línea. Habría que decir es el programa estúpido, ¿no?
Y bueno, a través de un acuerdo programático, podríamos dirimir quién es el mejor para conducirlo. Pero creo que habría que empezar por eso y no por disputas personales. Eso incomoda porque divide aguas si uno tiene que tomar partido y terminamos enfrentando a gente que pensamos parecido.
- También hay, por un lado, gobernadores que dicen yo no soy ni kirchnerista ni de La Cámpora, o dirigentes que no encuentran una síntesis o ven un espacio muy cerrado en torno a la ex presidenta y buscan una apertura distinta del Partido Justicialista. ¿Creés que la elección va a poder saldar esto?
En primer lugar, va a haber distintos grupos, eso es lógico. Quienes ven desde el peronismo al kirchnerismo como una anomalía o como un desviacionismo, me parece que es equivocado. Creo que este ha sido una continuidad muy interesante de lo que fue el Justicialismo fundado por Juan Domingo Perón. Por lo tanto, muchos van a querer volver hacia un pasado de una sociedad que ya no existe, que es la sociedad de mediados del siglo XX. Me parece que ahí, en nombre de una ortodoxia equivocada, volveríamos para atrás.
También hay grupos que ingresaron a este movimiento, que podríamos llamar genéricamente peronismo, por la experiencia kirchnerista. No eran peronistas previamente y algunos incluso no lo eran previo a la muerte de Néstor y la experiencia cristinista. Bueno, eso también sería un error: creer que el fenómeno kirchnerista uno lo pone en la saga histórica del progresismo y no lo pone en la saga histórica del peronismo. Entonces, ni ortodoxia para volver hacia atrás, incluso hacia lo más retrógrado y reaccionario del peronismo, ni un progresismo que niegue la experiencia histórica de Perón y el justicialismo.
Pero no veo que este proceso electoral interno esté dando un debate denso. Me parece que está chapoteando en el barro y agudizando la crisis, no tratando de salir del laberinto de la crisis. Y creo que se sale aceptando, por un lado, la coherencia de un programa que Cristina viene exponiendo y que es muy interesante, pero también viendo que Quintela está marcando algunas debilidades de nuestro movimiento en los últimos tiempos, como es el federalismo.
El kirchnerismo se fue transformando en un fenómeno del AMBA. Y bueno, aquel movimiento que quería ser un movimiento que iluminara América Latina termina siendo un espacio de la tercera sección electoral del conurbano sur. Me parece que eso es achicarlo. Por lo tanto, el programa económico social que plantea Cristina, más federalismo, economías regionales y productivismo que plantea Quintela, pueden generar una síntesis interesante más allá de que haya enfrentamiento o no haya enfrentamiento.
- ¿Ves algún tipo de interés en esta interna por fuera del círculo militante? En la sociedad, en el ciudadano de a pie, al que le cuesta llegar a fin de mes…
El ciudadano no militante creo que ve con total indiferencia el proceso de la discusión de quién va a conducir el Partido Justicialista.
No me parece que sea un tema que interese, no me parece que esté en la agenda del pueblo. En la agenda del pueblo está la búsqueda de alternativas a este proceso que le está generando malestar y una gran caída de su nivel de vida.
Hay temas como es el de la pobreza, el miedo a la desocupación, la canasta diaria, los precios, que son las preocupaciones reales. Y las internas partidarias no interesan, y mucho más cuando las interna partidarias no discuten esas cosas.
Y entonces terminamos con duelos de chicanas personales. Así que no, yo creo que ese ciudadano de a pie, que es una abstracción porque es también, en la última elección terminó eligiendo a Milei y demostró fastidio por los gobiernos anteriores y por un problema que vive Argentina, una crisis que no es coyuntural, que es estructural y que, por lo tanto, no es discutiendo quién tiene la culpa, sino cómo resolvemos los problemas estructurales de la Argentina que llevan varias décadas
- Mario, pensando en esta interna también en clave histórica, lo primero que surge quizás es la interna que llevaron a cabo en su momento Cafiero y Menem, que luego desembocó en una hegemonía del menemismo en el peronismo de, por lo menos, 10 años. En ese sentido, ¿podés trazar algún paralelismo con lo que está pasando ahora, cómo ves a la distancia también lo que fue esa interna y lo que significó para el peronismo?
Aquella interna fue muy rica. Me parece que fue mucho más rica que esta. Eran dos emergentes de la renovación peronista, tanto Antonio Cafiero como Carlos Menem, y generó también un debate que sigue latente en el peronismo hasta el día de hoy que es si el peronismo es un fenómeno del AMBA o de la provincia de Buenos, o es un fenómeno federal. En ese momento, Menem representó ese fenómeno federal más plebeyo.
Menem en esa interna, emerge como un caudillo popular frente al cafierismo que representaba más la construcción de un partido moderno, pasar del movimiento a un partido más orgánico y más moderno. Y bueno, venció la propuesta plebeya, más allá después del programa que desarrolla durante su gobierno.
Me parece que también fue un castigo al error del cerramiento: cuando Cafiero elige como compañero de fórmula a De la Sota, que era uno de los suyos de su círculo íntimo, y no a Vernet, que hubiese sido la ampliación hacia otros sectores. Me parece que ahí marca una de las explicaciones de la derrota. Menem se une a un dirigente muy importante del conurbano, como era el intendente de Loma Zamora en ese momento, Eduardo Duhalde, suma la CGT y aparte genera una relación a partir de su carisma muy popular que lo lleva a un triunfo inesperado. Cafiero juntó a los dirigentes y Menem juntó al pueblo no orgánico.
Esa elección fue ejemplar también por los méritos, no solo de Menem, sino de Cafiero como derrotado, que aceptó la derrota y se incorporó a quien lo vence. Esto me parece que es mucho más sesgado, mucho más mezquino. Creo que es producto de un peronismo débil y en crisis, y no producto de un proceso que marcha hacia un triunfo como lo fue la otra.
- Claro. Se dan en dos momentos muy distintos por ahí en cuanto a la fortaleza del peronismo.
Sí, y además porque ahora estamos discutiendo en un momento de retroceso y achicamiento. Esperemos que quien triunfe, que la mayoría piensa que es Cristina porque tiene todos los avales y todos los antecedentes, la lleve a conducir no a una agrupación sino al conjunto y que todos nos sintamos que ella hace la síntesis que se necesita para darle una alternativa al pueblo argentino.
- Mario, apelando a tu experiencia en la política y de haber pasado distintos momentos históricos. Teniendo en cuenta a quienes trabajan y la vienen sufriendo y remando día a día, las cuestiones relacionadas también a lo nacional y a la soberanía, las cuales parecen que se escurren con este gobierno, ¿cómo ves este proceso en términos generales? ¿Tenés algún tipo de optimismo con que sea solamente una mala etapa en la política argentina?
Tengo optimismo de que sea solo una mala etapa la política argentina. Para eso, me parece que el campo nacional y popular que ha tenido históricamente al peronismo como eje organizador, tiene que pasar de la queja, el llanto, la resistencia y el enojo, al optimismo constructivo y ser una alternativa. Creo que esa alternativa será a través de algunos ejes que son claves. Uno es la defensa de la soberanía, como vos marcabas, y, dentro de la soberanía, la defensa de nuestros recursos naturales.
En segundo lugar, pensar nuestros recursos naturales en perspectiva productivista, por lo tanto, agregarle a la naturaleza inteligencia y la ciencia y la tecnología en favor de un proyecto industrialista. Integración nacional a partir de las economías regionales con profundización del federalismo. Una educación al servicio de un nuevo modelo productivista y que desarrolle la potencialidad argentina. Por último, que ese modelo productivista, federal y capacitador sea, además, con justa distribución de los bienes que se produzcan. Me parece que ese es el esquema.
A nosotros nos tiene que indignar la pobreza, nos tiene que indignar la falta de educación, nos tiene que indignar la falta de trabajo y nos tiene que indignar el regalo de la patria, el regalar la patria y nuestra soberanía frente a un gobierno, fundamentalmente su Presidente, que no cree en el Estado Nacional. Él cree mucho más en la globalización de las multinacionales capitalistas que en la existencia de los Estados nacionales.
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*Elías Merdek es licenciado en comunicación, compañero de Radio Estación Sur. Conduce La Unión, el programa de UTEDYC Seccional La Plata.