Por Manuco Rodríguez (*)
Bajo el nombre La vuelta al condenado paraíso, Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado pasaron por nuestra ciudad. De las dos noches vividas en el Estadio Único Diego Armando Maradona quedan algo más que la treintena de canciones que los músicos que acompañaron al Indio Solari presentaron con la participación del cantante calvo desde pantallas.
En algún momento se debería redefinir una nueva ontología del ser ricotero. Si se observan las edades de los asistentes a estos conciertos se saca la conclusión que la mayoría de los seguidores iniciaron su peregrinar en el universo de Patricio Rey cuando sus redonditos de Ricota ya eran historia.
Pero sus cánticos son aún los mismos que arengaban a la banda cuyo comando Solari compartía con Skay Beilinson. “Vamo´ vamo´vamo´lorredó”, “el que no grita Redondos para qué carajo vino”, cuando ninguno de los músicos que sale a tocar esa noche engrosó la lista de integrantes de los Redondos.
¿Qué hubiera dicho un ricotero si en un recital, pongamos en la cancha de Huracán, le hubieran vaticinado que en un recital de la banda – o de un componente vinculado a ella- se cantaría la marcha peronista?¿Entendería alguien que empezó a ver a Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado con Solari aún en escenarios, en pleno kirchnerismo, que política era mala palabra y que jamás se hubiera entonado algo vinculado con una identificación política en la era dorada de las bandas ricoteras que recorrían kilómetros por todo el país para asistir a sus conciertos?.
Si el nombre de algún político sonaba en esos conciertos era por lo general para recodar a su progenitora. El “Men*m Men*m compadre” era número clasíco en las previas de esos años. También lo era un vasto repertorio de cantos contra la policía, enrostrándoles la infidelidad de sus esposas en epocas en las que la palabra deconstrucción estaba relegada a aulas de las facultades de filosofía en las que se estudiaba a Jaques Derrida.
Nada de esto se escuchó en el Único. Ni siquiera aquél en el cual las bandas ricoteras aseguraban saber “que a Walter (Bulacio) lo mató la policía”. Sí se entonaron las estrofas del himno peronista inmortalizado por Hugo del Carril. Y hasta el hit del verano 2018 que recordaba a la madre del ex presidente Macri.
“Los Redondos son un sentimiento/ no se explica, se lleva bien adentro”, comienza uno de los cánticos más emblemáticos de las huestes ricoteras, inevitable en cualquier presentación de algo que tenga que ver con la banda. Una gran verdad que le arruina el sueño a más de un sociólogo cultural que quiera racionalizar lo lo sucedido durante las dos noches del fin de semana pasado en el Estadio Único Diego Armando Maradona de La Plata.
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En los foros ricoteros de redes sociales se ha establecido una nueva grieta. Los dardos ya no se intercambian entre los seguidores de la banda y los de Soda Stereo, sino entre quienes reconocen a Los Fundamentalisas como parte del linaje de Patricio Rey y entre quienes los denigran y se vuelcan por los shows de las otras ramas de esa familia como el guitarrista Skay Beilinson o las Kermesses Redondas animadas por los Decoradores, la banda formada por ex integrantes como Sergio Dawi, Semilla Bucciarelli y Tito “Fargo” D´Aviero.
Estos últimos descalifican a la banda que acompañó al Indio definiéndola como “una banda tributo”. Quizá la cosa pase porque esa instancia no implica un defecto para los seguidores de hoy. Pagaron por eso, nadie los engañó. Y si se observa el rango etario, se adivina que las canciones de los Redondos fueron vividas además de en las presentaciones de Solari y Beilinson en solitario, por las tantas bandas tributo a los Redondos que abundan. Sin clientes no hay trata.
Otro tópico para descalificar al espectáculo, es que la presencia del vocalista se da, paradójicamente de manera virtual. En 5 canciones lo hizo en videos grabados especialmente para la ocasión. Sobre el final, Flight 956 sonó sobre la pista de audio y la imagen recogida de la película En concierto, en base al registro de los dos recitales con los que presentó Porco Rex, precisamente en el mismo escenario, el Estadio Único.
Esto tampoco parece implicar conflicto o contradicción con una generación para la que las pantallas han sido parte de su forma de relacionarse durante su formación como personas. Además, les es natural encontrar a Solari en las pantallas, sin saber que se asiste a la transgresión de una de las reglas de oro de los años al frente de los Redondos. Un hito como la histórica conferencia de prensa brindada en agosto de 1997 tras la prohibición de sus recitales en Olavarría, es hoy una pieza de museo a un clic de YouTube.
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Quizá sea esta plataforma la que ayudó a la masividad de esta convocatoria de los Fundamentalistas. Desde diciembre de 2019, cuando decidieron presentarse por primera vez para recaudar fondos que el baterista Martín Carrizo pudiera realizar un tratamiento por su ELA, realizaron tres presentaciones: esa
primera en el boliche palermitano Grrove y dos en marzo de 2020, con la pandemia pisando los talones, esta vez en el Estadio Malvinas Argentinas. Entre una y las otras hubo un salto en la convocatoria. Pero el de aquellas a las del fin de semana pasado fue abismal y marcan un nuevo piso en la convocatoria del grupo.
Quien escribe se anima a arriesgar una hipótesis. Está claro que confluyen varios factores. El largo tiempo sin la realización de eventos de esta magnitud debe haber pesado. Pero se puede arriesgar que el concierto vía streaming A los pájaros registrado en Epecuén y cuya emisión fue liberada tuvo un peso decisivo.
Anterior a éste, los Fundamentalistas habían celebrado sus 15 años de carrera con otro espectáculo de las mismas características. Se llamó Desde los satélites y fue emitido en septiembre pasado. A los pocos días, se encontraba liberado y todo el mundo tuvo la chance de poder verlo a medida que se enteraba.
Pero con A los pájaros pasó algo distinto. Con las medidas de confinamiento estricto reimplementadas dos semanas antes, muchos espectadores dejaron de lado los prejuicios y dieron play para ver en tiempo real sin tener que pagar. La experiencia del vivo sumada a la interacción en redes sociales comentando los que iba pasando y compartiendo emociones reinstauró la noción de comunidad. Por otra parte, pudo verse el espectáculo que brinda la banda con el agregado de que el cantante ya no salió cantando canciones ya conocidas, sino presentando nuevas composiciones. Y a más de uno le deben haber dado ganas de estar ahí. Y se debe haber prometido hacerlo cuando fuera posible la vuelta al condenado paraíso, aunque ese nombre aún no existiera.
(*) Periodista; comunicador popular