El sábado 18 de diciembre, el bar Bye Henry impidió el ingreso a una joven en silla de ruedas alegando que “iba a ser un lío”. Al momento de que Martina Sierra, la joven discriminada, realizó la denuncia, desde el bar compartieron una disculpa haciendo responsable solo a una empleada. En este caso, terminó interviniendo la sede local del INADI para que todo el personal del bar realice un “taller de prácticas anti-discriminatorias”.
Martina Sierra había asistido el fin de semana pasado al bar Bye Henry con amigas para festejar el cumpleaños de una de ellas. Sin embargo, los trabajadores de allí le impidieron el ingreso, primero diciendo que no había lugar y luego reconociendo de cierta forma que el inconveniente era la silla.
Martina compartió un descargo en su cuenta de Instagram dónde expresó: “me quedé en shock porque salgo bastante y nunca me pasó algo asi”.
Al respecto, desde el Instagram del bar respondieron a la denuncia con una historia, en la que pidieron disculpas a “una persona que se sintió maltratada y discriminada por uno de nuestros empleados el fin de semana”.
Desde el INADI consideraron que las razones esgrimidas para impedirle el ingreso a la joven “fueron poco claras o contradictorias”.
La delegación local se contactó con Federico Reppetti, socio gerente del local, quien se puso a disposición para “reparar de alguna forma el mal momento que pasó Martina Sierra en su local”, y argumentó que la situación fue responsabilidad de una mala administración del personal.
En ese contexto se comprometió a realizar una capacitación brindada por el equipo del INADI para todos los trabajadores, con el fin de “generar un ámbito inclusivo” y que estas prácticas “no vuelvan a repetirse”.