“La Colmena, libros ilustrados” es más que una librería, es un espacio artístico de nuestra ciudad. Ubicado en 56 entre 20 y 21 #1334, está por cumplir 5 años y lo va a festejar a lo grande este viernes 7 de julio a partir de las 16:30 horas. Durante la jornada de celebración habrá sorteos, sorpresas y la compañía musical de “Yoná y la bandada”, con un repertorio de canciones con raíces rioplatenses y latinoamericanas.
“Otra vuelta al sol para celebrar. 5 años de aventuras e historias compartidas. 5 años de acompañar a infancias y familias; a much@s vimos crecer y ya son amigos y amigas, parte de nuestra querida Colmena. 5 años de soñar con los ojos abiertos”, así anuncian en sus redes sociales el nuevo aniversario que se avecina.
Victoria Loos (artista visual) y Emilio Guevara (actor/payaso) -y Almendra, la hija de ambos- son el corazón de La Colmena, sus creadores, y para saber de qué se trata este proyecto artístico hablamos en exclusiva con ellxs.
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¿Cómo surge La Colmena?
Vicky: El proyecto se inició en mi casa, era una casa/ taller. Este es el tercer lugar físico que ocupamos y la llegada a este último espacio en donde se separa la casa del lugar de trabajo, nos permitió que empiecen a pasar otras cosas; que se involucren otros profesionales del arte, como ilustradores, que venga gente a brindar sus talleres y sus propuestas y se empezó a conjugar otra cosa. Recién ahí aparece la posibilidad de que nazca La Colmena. La idea de que se sume el proyecto de la librería, al Taller de Arte que yo daba, ya se venía gestando y siento que de alguna manera el estar en este espacio físico se habilitó la posibilidad de que se desarrolle.
El fuerte es la educación en las artes visuales. Entendemos a la educación como un espacio que está atravesado por múltiples situaciones y en eso de alguna manera aparece la literatura, aparece la ilustración, aparece este universo de los libros que es tan rico y el cual una puede tomar para abordar un montón de situaciones y sobre todo lo que tiene que ver con la educación infantil.
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¿Qué hace especial a esta librería?
Emi: Creo que en parte, es el modo con el que atendemos a cualquier persona que viene a la librería o cuando nos hacen consultas por internet; tiene que ver con un trato amable o con algo, que también predico en el teatro, que es tratar a los demás como querés que te traten a vos. Entonces la idea de abrir las puertas para darle la bienvenida a alguien es ofrecerle lo que viene a buscar, que juntxs podamos encontrar esa inquietud que tiene plasmada en el arte, en un libro, en una idea, en una poesía, en algo que sea lo que la persona quiera para sí misma o para regalarle a alguien. A veces tenemos el desafío de que alguien está buscando un libro para su hijo que tiene autismo o un libro para regalarle a su sobrina, que sufrió la pérdida de una abuela, y eso es un desafío enorme y lo enfoco desde el lugar que me gustaría a mí ver representada esa situación en un libro que en este caso es la reflexión. Los libros son un puente para que sucedan otro montón de cosas y que, a lo mejor, te puede pasar que das con lo indicado, con el mensaje que estás buscando, o de alguna manera con algo que te está esperando.
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¿La Colmena es un hecho artístico?
Vicky: Sí yo creo que sí, que es un hecho, creo que desde donde está emplazado el lugar, desde tratar de no estar en el centro de la ciudad, y estar en un barrio y poder brindarnos al barrio. Creo que todo eso tiene que ver con una acción artística, con una decisión que puede ser artística y que puede ser política. Yo creo que es un espacio en el que suceden cosas y que está abierto a que sucedan.
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¿Por qué eligieron este nombre para la librería?
Vicky: Yo vengo de una familia de apicultores y me interesa el trabajo en colaboración y no me refiero sólo a quiénes se dedican a la extracción de miel, sino también a la labor de las abejas como comunidad y de lo fundamentales que son en nuestra sociedad y no me quiero ir a un tema ambientalista, pero también va por ahí. También hace referencia a eso de sentirse como en casa, de que sea un emprendimiento familiar, del dulce de la miel en los libros, y como esa experiencia que uno toma de la familia y de los entornos en los que se crió, lo traslada y los reinventa a una nueva cosa. Yo no soy apicultora, pero quiero rescatar cosas de ese hacer y trasladarlos a este espacio.
También buscamos que desde La Colmena se promueva material ambientalista para las infancias, tratar de generar reflexiones que traten de ampliar un poco nuestro universo y de entender qué es lo que está pasando hoy también con nuestro entorno, con nuestro contexto y ahí nos podemos ir a la deforestación, megaminería, extractivismo, hay un montón de cuestiones que son más macro y por ahí uno no le está nombrando y que tiene que ver con temas que a uno lo movilizan.
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Además de un libro, ¿qué más se lleva quien viene a La Colmena?
Emi: Una experiencia. La gratitud de estar en un espacio amable. Se llevan las ganas de volver enseguida. La mayoría de la gente que viene me dice: “después vengo con más tiempo”, “vengo la semana que viene”, “paso de nuevo cuando esté más tranquila”. Se llevan, también, las ganas de volver.