“Ya no camino en la vida mirando el precipicio de los costados” dice Renzo Luca con una tranquilidad que fácilmente contagiaría a quien lo escuche. Después de vivir una mini gira por el interior del país, el guitarrista de Un Verano se tomó un tiempo para recapitular en los episodios que lo llevaron a vivir un presente casi soñado días previos a su primer Niceto, este 1° de noviembre.
En su mochila guarda una trayectoria de constantes rearmes musicales. Pasó del éxito de Looking Up a la caída de una importante firma discográfica, del boom en plena pandemia de las Bizarrap Sessions (como su asistente en Miami) a regresar a Argentina para potenciar sus proyectos como productor y de una intensa gira con Chano a la que puso puntos suspensivos por la vuelta de Tan Biónica.
Hoy vive lo que asegura ser su mejor momento, en una vida muy libre a la que define: “en un punto medio de un equilibrio de versatilidad perfecto”. El productor detrás de éxitos argentinos como “La Morocha” de Luck Ra y BM, “Mentía” de Miranda! con Chano y “Perdóname” de FMK, Coscu y Ale Zurita, señala “el éxito no soy yo, es una consecuencia de algo colectivo y de un trabajo sostenido”.
No hay con qué darle
Desde muy chico supo que “era por acá”. Renzo parte de un linaje familiar de un papá integrante de la Medical Jazz Band de La Plata y una mamá a la que define “con muy buen gusto”, que escuchaba a Cristian Castro.
A los 12 años sufrió un accidente que lo llevó a experimentar con el piano desde el reposo, que después lo condujo al Guitar Pro: un programa que le abrió el mundo a todo lo que hoy hace como productor. En las posibilidades de las tecnologías aplicadas a lo clásico de los géneros nacionales encontró un hueco para explorar y potenciar su faceta artística. De ahí en adelante su vida comenzó a moverse entre clases particulares y lo que su intuición guiaba.
Fue recién adentrada la secundaria cuando se subió por primera vez al escenario del Teatro del Sagrado Corazón, colegio al que concurría en La Plata:
“Era el peor escenario que podía ser para mí a los 14 años. Al principio subí re cagado y después al segundo tema dije: “esta la mejor sensación del mundo, hay 300 personas del colegio aplaudiéndome”. Esa misma sensación me sigue conectando con lo de hoy. Me volví a armar una banda para seguir sintiendo eso que para mí es lo más lindo de la música, que es subirse al escenario a tocar”.
Vamos de nuevo
La vuelta sorpresa de Tan Biónica lo hizo colgar por última vez su guitarra en el LollaPalooza 2023 junto a Chano. Fue parte de la historia de una gira de 70 shows y un álbum completo de producción entre los que se destacan “Mecha” y “Oración al Sol”. Tras la presentación en el Hipódromo de San Isidro, el cantante ponía en pausa su proyecto solista y encendía no sólo la nostalgia de sus músicos sino también una premonición: el nacimiento de Un Verano.
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Desde el pogo a un costado, Renzo volvió a imaginarse con el resto de los integrantes amigos reunidos arriba del escenario. “Nadie es influencer, nadie es conocido: que hablen las canciones” manifestó. Parte de ellos además habían compartido Looking Up, una banda platense que explotó al hacer covers internacionales y canciones propias en la era youtuber, que tuvo a María Becerra, Coscu y Mica Suarez como protagonistas de sus videoclips.
La idea que había comenzado a gestarse en la mente del productor coincidió con que el presidente de Universal Music Argentina estaba en búsqueda de nuevos proyectos. El llamado de la discográfica le devolvió la alegría al sabor amargo que había quedado en los ex Looking Up. Al vivir un éxito fugaz en 2016, interrumpido por la llegada de la música urbana en la escena, la banda había sufrido una importante baja de números en entradas y reproducciones. Con la caída de una posible firma discográfica, la banda puso fin a esa ilusión en febrero de 2020.
Pero como en un rompecabezas, las piezas estaban sueltas pero listas para volver a armarse durante los meses de duración de un verano, situación que da origen al nombre de la banda. Las maquetas presentadas hoy superan los dos millones de reproducciones en las plataformas de YouTube y Spotify. De Abajo Para Arriba, Mary No!, Tal Vez y Tímida son un adelanto de lo que se avecina para la nueva banda que ocupa el puesto 4° de radios nacionales con su último lanzamiento junto a Chano. En su corta pero intensa trayectoria, fueron nominados en los Premios Gardel 2024 como “Mejor Nuevo Artista” y pisaron importantes venues como The Roxy y los festivales Lollapalooza Argentina y Harlem Santa Fe.
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En la cuenta regresiva a lo que será el lanzamiento de su primer álbum este jueves 31 de octubre y su presentación en vivo el 1 de noviembre en Niceto Club, el grupo de amigos que comparte un pasado entre diagonales se consolida en una propuesta que fusiona los sonidos más tradicionales del rock nacional con producción y letras postmodernas. Acordes a una faceta de estos tiempos, “Un Verano es algo que viene a ocupar un lugar en la escena de la música argentina que no ocupa ninguna otra banda” aseguró Renzo Luca para TN La Viola.
Tengo un techo y una computadora: puedo hacer lo que quiera
“Yo soy del que piensa que el mundo lo agarras, lo moves y lo moldeas como lo querés vos”. El apodado renzolu es un convencido de su intuición y no le cuesta dejarse guiar por lo que siente. Eso lo llevó a ser determinante en situaciones que marcaron su camino artístico: renunció a su trabajo en el Rectorado de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) donde recibía carpetas médicas, después de abrir el show de Fifth Harmony; y decidió emprender un viaje a Japón tras el fin de Looking Up y el fallecimiento de su papá.
E.S.D: ¿Por qué Japón?
R.L.: Porque como me gusta tanto el manga y el animé… Yo lo que buscaba en realidad era un lugar distinto al mío, idealizando que en un lugar distinto vas a ser feliz, cuando en realidad la felicidad no está en el lugar. La felicidad la tenés que encontrar vos con tus herramientas, no tenes que buscarla en el afuera a eso. Es donde estés. Vos podes ser feliz en cualquier lado. El que estaba mal consigo mismo era yo porque también me culpaba mucho a mí mismo por no haber podido renovar el proyecto, por no haber podido esto, esto y esto…
En largas caminatas hacia los templos donde meditó en soledad sobre lo difícil de atravesar el éxito y que dure tan poco, entendió que “cuando ves lugares tan distintos al tuyo también aprendes a valorar las cosas del tuyo”. En ese clic agarró la valija y volvió a Argentina para encontrarle un refugio a esos sueños que parecían no tener rumbo.
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Ya instalado en la que era la casa de su abuelo, en Tolosa, comenzó a enfocarse en todo lo que había ganado: contactos, aprendizaje y cercanía con Buenos Aires. Con un techo y una computadora empezó “de cero” su faceta de productor. De esas paredes salieron hits como “El Trato” de Cruzando el Charco y “Malibu de Coco” de Oscu, que juntas superan las 40 millones de reproducciones sólo en YouTube.
“Ahí conozco a Bizarrap, Coscu me lo trae a mi casa (a la de mi abuelo). Él también se venía en bondi de zona oeste y yo le masterizaba las canciones. Yo un caradura masterizándole las canciones y él otro caradura viniendo a trabajar *risas* pero entre los dos nos fuimos a los ponchazos haciendo cosas”.
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De a poco fue encaminando la producción de diferentes proyectos en simultáneo para artistas como Chano y Luck Ra, hasta recibir la propuesta de Bizarrap para ser asistente de las canciones que resonaron en los charts de todo el mundo. Renzo armó la valija y una vez más se aventuró a no saber qué iba a pasar. Se instaló en Miami durante cuatro meses y participó de la creación de las sessions de Khea, Snow, Nicky Jam, entre otros éxitos como “Malbec” de Duki. “Mirá si me hubiese quedado en Japón meditando en un templo… hablando japonés”, bromeó.
Todas las cosas más lindas de la vida
Es navidad. En muchas casas de Argentina, al igual que en otros países, suena “La Morocha” de Luck Ra y BM para musicalizar la mesa de las fiestas. La familia se reúne y posiblemente la bailan entre sí, como una anécdota que quedará guardada para los próximos años. En tan sólo ese día, la canción alcanza un pico de 1.8 millones streams en el mundo. “Le musicalizamos el momento a todo el país” dice en tono pensativo y nostálgico. “Son momentos inolvidables”, agrega, mirándose el brazo porque la piel se le empieza a erizar, “le diste a los demás los momentos más emocionantes de sus vidas”.
“En el medio de todo tu esfuerzo ayudaste y le salvaste la vida a un montón de personas, musicalizaste la mesa familiar y momentos que vivieron personas que no tenes idea que generaste. Eso es lo más loco de todo esto”.
Desde grupos de amigos que se conocen por compartir un recital, parejas que se forman hasta propuestas de casamiento en medio de un show, Renzo piensa en “todas las cosas más lindas de la vida” que la música puede brindarle al público. El caso de Un Verano no estaría siendo la excepción.
Sofia Arto, Salvi Duarte y Mica Arancibia son un grupo de amigas que se conoce desde los inicios de su primera banda, Looking Up. En conjunto crearon La Barrabrava de Un Verano con el fin de acompañar y potenciar el proyecto musical integrado por Flexo (vocalista), Gero Peguino (batería), Pato Caorsi (bajo), La Duke y Renzo Luca (guitarras).
“Realmente fueron y son mi lugar seguro, creo que él no lo sabe pero me acompañó en los momentos más felices y también más duros de mi adolescencia, realmente lo vi crecer como artista y como persona”, cuenta Salvi Duarte.

en Harlem Festival (Santa Fe) y el Alto Palermo Shopping (Buenos Aires)
“Somos una comunidad que de a poco se va expandiendo y queremos que los conozcan en todos los rincones del país y más allá”, explica Mica Arancibia sobre el surgimiento de su fanatismo. Juntas han emprendido viaje a distintos lugares del país para promocionar a la banda pop rock con afiches personalizados y tarjetas con QR que dirigen a la escucha de sus canciones. “Hemos ido a pegarlos por el Barrio Chino, Palermo, Puerto Madero y La Plata”, enumera Sofi Arto, quien diseñó las ocurrentes estampitas de “San Veranos” que repartieron por colectivos, propinas y cada lugar que recorrían como marca registrada.
“Lo que tenemos en común es que no solo disfrutamos de su música si no que queremos verlos crecer y que sean más reconocidos, por eso hacer estos proyectos a nosotras nos encanta y lo disfrutamos mucho, es todo para que ellos puedan seguir creciendo” apunta Sofi.

Sigo siendo una persona
En una trayectoria marcada de nuevos comienzos, Renzo Luca siente que está en su mejor momento. Desde Palermo, mantiene una agenda diaria en la que combina sesiones de producción musical y reuniones con Un Verano. Durante los fines de semana (si no está de gira) vuelve a las diagonales para encontrarse con sus excompañeros de secundaria en un torneo de fútbol, jugar a la play y compartir momentos en familia.
“Siento que estoy en un punto medio de un equilibrio de versatilidad perfecto entre todos los campos: juventud, energía, vitalidad, conocimiento y entendimiento. Yo sé que los años me van a dar más conocimiento y menos vitalidad *risas*. No quiero que pase eso, entonces es algo que me angustia un poco”.
A pesar de la especulación, hace un gran reconocimiento sobre un presente en el que se siente realizado al decir “soy la persona que siempre quise ser”. Renzo entendió que ya no camina por un campo desolado en la música y es el mensaje que como productor musical busca transmitir a los artistas más jóvenes de la Compañía 1.8, de la que forman parte Valentino Merlo, Tuli Acosta, Flor Álvarez, entre otros.
“Sos responsable de lo que suceda con una persona que siente lo mismo que sentiste vos a su edad. Entonces eso te conmueve y te hace ir con él y no abandonarlo, también sufrir con él cuando sufre… porque de 14 proyectos te imaginarás que no a todos les está yendo completamente bien”.

Ya no le teme al fracaso. Renzo sabe lo difícil que es alcanzar sus sueños y en ese camino destaca lo que también sufrió, “porque a mí me hubiese gustado que alguien lo dijese en una nota”, dice al pensar en muchos chicos que seguramente estén pasando por lo mismo que vivió. Es por eso que subraya su crecimiento desde lo que trabaja puertas adentro del diván terapéutico al asumir que ya no camina en la vida mirando el precipicio de los costados. Ya no le da miedo, quizás por eso moldea el mundo que quiere.