(01-06-2021) Semanas atrás, se dio a conocer que Havanna firmó un contrato con Bioceres para incorporar el trigo transgénico HB4 a sus productos. A pesar de las discusiones en torno a la soberanía alimentaria y el modelo productivo del país, la reconocida empresa de alfajores apostó a profundizar el modelo del agronegocio que representa la empresa agro tecnológica.
Luego de conocido el acuerdo, comenzó la campaña en redes sociales: “Chau Havanna. Alfajores treansgénicos”. Ante la repercusión y disconformidad de los y las consumidoras de esta marca, la empresa aseguró que “al día de hoy todos los productos desarrollados en Havanna no han tenido ningún tipo de intervención por Bioceres”.
En octubre de 2020, Bioceres Crops Solutions Corp. dio a conocer que el trigo transgénico HB4 obtuvo la regulación aprobatoria por el Ministerio de Agricultura de la Nación. En medio de la pandemia mundial por el Covid-19, se habilitó profundizar la producción de alimentos producidos con agrotóxicos y prácticas extractivistas.
“En los años 90, nos mostraron como avanzados por permitir el ingreso de la soja transgénica cuando en realidad éramos un campo de experimentación lisa y llanamente. Ahora, en plena pandemia, en Argentina se están promoviendo cosas que están trabadas en muchas partes del mundo, como por ejemplo un transgénico de trigo. Algo que no existe en otro lugar”, sostuvo el Ingeniero Agrónomo e Integrante de Agro-culturas (Territorios y Soberanía Alimentaria), Fernando Frank, en comunicación con Radio Estación Sur.
“Argentina es uno de los pocos países que apuesta sus mejores tierras a los monocultivos transgénicos que se dedican a la exportación. Esto no esta vinculado con la soberanía alimentaria, y tiene que ver con el sistema de agricultura industrial y de monocultivos que llamamos agronegocios. Están vinculados con el capital especulativo, con el capital financiero, con las corporaciones químicas trasnacionales, semilleras, etc.”, remarcó el Ingeniero.
“Es tan obsceno el oscurantismo de la aprobación de transgénicos y agrotóxicos en Argentina que nos enteramos después de ya aprobados”, Fernando Frank, Ingeniero Agrónomo.
El 25 de marzo de 1996, el actual Ministro de Relaciones Exteriores y Culto de la República Argentina, Felipe Solá, firmó en calidad de Secretario de Agricultura la resolución 167. Con esta nueva legislación, autorizó la producción y comercialización de la soja transgénica, con uso de glifosato. A 25 años de esa decisión, Argentina aprobó la primera semilla transgénica de trigo, el principal cultivo del país.
Al respecto, Frank contó: “No son muchos los países del mundo que han aprobado transgénicos de manera tan desregulada como Argentina; y es tan a espaldas del pueblo que lo deciden pocas personas con mucho poder en una oficina escondiendo sus caras y argumentos. Es tan obsceno el oscurantismo de la aprobación de transgénicos y agrotóxicos en Argentina que nos enteramos después de ya aprobados”.
“El debate público no se da. Los transgénicos no pasaron por audiencias públicas ni por el Congreso. Armaron una comisión que mantuvo en secreto por mucho tiempo quiénes la conformaban, y cuando lo supimos eran los mismos representantes de las empresas. Es una cosa tan vergonzosamente ajena al debate que mucha gente se está enterando por el conflicto inesperado del acuerdo de los alfajores Havanna con Bioceres”, enfatizó Frank, quien también es co-autor del “Atlas del Agronegocio transgénico en el Cono-Sur”.
“El trigo HB4 tiene tolerancia a un herbicida muy tóxico, el glufosinato de amonio. Lo que abre la puerta al uso de agrotóxicos mas fuertes para que lleguen a nuestros alimentos”, Fernando Frank, Ingeniero Agrónomo.
En argentina existen 61 eventos transgénicos aprobados para su siembra, comercialización y consumo desde 1996. El 42 % fueron aprobados en los últimos 5 años. Investigaciones sobre el impacto ambiental, territorial, económico, social, cultural y sanitario realizadas por universidades públicas de todo el país, incluso la UNLP, indicaron que la crisis alimentaria y sanitaria son consecuencia de esta matriz agroindustrial.
“Hay una serie de cosas que se muestran como disputas políticas entre los empresarios y este gobierno como si este fuese ajeno al campo, pero en simultaneo van tejiendo políticas públicas muy claras de apoyo a los agronegocios. Lo digo con dolor, pero el gobierno está firmando un plan agroindustrial para fortalecer las exportaciones como son los cerdos para China, los transgénicos como HB4, y más”.
Al respecto, Fernando destacó que “el capitalismo representa una crisis alimentaria, económica y sanitaria muy preocupante”, y que por ello es necesario “repensar el sistema agrario y el sistema alimentario que está en crisis por el crecimiento de las empresas del sector del agronegocio y la industria alimentaria”.
“Hay que repensar el sistema agrario y el sistema alimentario que está en crisis”, Fernando Frank, Ingeniero Agrónomo.
Sobre la responsabilidad científica y el uso de la misma para prácticas extractivas, resaltó el rol de varios y varias científicas del Conicet alegando que hay un grupo pequeño “vinculado a las empresas”. Contó que un grupo dirigido por la Dra. Raquel Chan “a través de una investigación propuso esta tecnología (trigo transgénico) de la que ya perdieron el control político y económico porque la compró el grupo Bioceres, que además cotiza en Wall Street, por lo que lleva adelante el lobby en Argentina, Brasil, etc”.
Al tiempo, indicó que también en el Conicet hay otro grupo “muy grande y diverso, que tiene argumentos más válidos, vinculados a las organizaciones que se oponen a los transgénicos”. Sin embargo, denunció que esos debates que no sólo se dan en el ámbito científico, “son muy interesantes pero no está siendo promovidos por el Estado ni los medios hegemónicos”.
“El trigo HB4 tiene tolerancia a un herbicida muy tóxico, el glufosinato de amonio. Lo que abre la puerta al uso de agrotóxicos mas fuertes para que lleguen a nuestros alimentos. Si se libera este transgénico de trigo es preocupante la cuestión sanitaria por el uso de agrotóxicos, y la cuestión territorial teniendo en cuenta la deforestación”, sentenció Fernando Frank.