El pasado jueves 22 de julio a las 11 am, la Dignidad Rural, rama del Movimiento Popular La Dignidad presentó en Plaza San Martín el proyecto “De la huerta urbana al trabajo rural”, que propone crear 10 mil huertas en todo el país. El mismo será realizado a través de la Federación Nacional de Huertas “Martina Chapanay”.
“Hicimos un relanzamiento de una práctica que realizamos desde hace seis años, que da la posibilidad que de las barriadas populares vuelvan a tener acceso a la tierra y al trabajo rural”, señaló Daniel Marcos, de la rama rural del Movimiento Popular La Dignidad, en comunicación con Radio Estación Sur. “Es una salida de trabajo y de generar alimentos sanos en tierras que están ociosas, no sólo en pequeñas huertas sino en áreas más importantes en el periurbano extendiéndose al interior del país. Por eso nos tomamos el desafío de relanzarlo”, agregó.
El militante contó sobre el trabajo en territorio de la organización y de las experiencias de huertas que trabajan en red desde una perspectiva de producción agroecológica. Asimismo, remarcó que con esta iniciativa proponen además de volver a habitar territorios rurales posibilitando el acceso y redistribución de la tierra, recuperar saberes sobre cómo trabajar los suelos y producir alimentos diversos y sin venenos.
“La primer escala son las huertas urbanas donde los miembros de los barrios se relacionan con el trabajo rural y da la posibilidad de saltar a áreas más grandes. No son huertas aisladas, son una red de huertas en las periferias urbanas relacionadas con áreas más grandes de producción tanto de hortalizas, verduras, cereales o animales de granja”, detalló.
En este sentido, aseguró que “en el país, y en el mundo, se esta cuestionando la forma de producir que ha degradado los suelos” haciendo referencia al paquete de Monsanto, hoy bajo la órbita de Bayer. “Es un paquete tecnológico que le quitó toda la autonomía y castigado al pequeño productor alejándolo de la posibilidad del manejo sobre cómo producir en su ámbito rural”, expuso.
Por otra parte, refirió a la agroecología como un modelo de producción que “te permite reestablecer los equilibrios biológicos que rompió el otro sistema, te da un grado de autonomía y te reduce los costos de producción muchísimo, entonces te da la posibilidad otra vez de trabajar esas tierras”. “Es otro modelo, no es el modelo agroindustrial de la ganadería y la gran chanchería industrial: no tiramos veneno, generamos nuestros insumos, abonos, tenemos nuestras propias plantineras y se abastecen desde ahí. Es un sistema integrado, que funciona en red, y que puede trabajar media hectárea como 100 hectáreas o una huerta”, subrayó.
Según Marcos, esta propuesta reflejada en el Congreso como el Proyecto de Ley Marcha al Campo que propone la utilización de 5 millones de terrenos fiscales ociosos a ser trabajados por personas interesadas en volver a habitar las zonas rurales y trabajar la tierra de esta manera más sana y diversa, “es una salida”. Y enumeró sus argumentos: “Es una nueva forma de producir alimentos, son viejos saberes que ahora a través de la agroecología tienen validez científica, y lo importante es que son regeneradores de suelo”.
Además, remarcó que “lo que está en el debate es que hay una posibilidad de repensar el ámbito de lo rural y el ámbito de lo urbano. Cómo relacionarnos nuevamente con el ámbito rural. En todo sentido, como lugar para vivir, para que frene la concentración de las grandes ciudades que ya están estalladas pero también para regenerar los suelos, variar el sistema de producción de nuestros países, salir de este modelo de agroindustria que no fue generador de empleo, no sirvió para que nuestros países se desarrollen y encima los han degradados”.
Y dio a conocer que las experiencias de huerta realizadas desde La Dignidad Rural demuestran “un sistema de fertilidad creciente con suelos que son cada vez más fértiles. Mientras el otro sistema le está tirando cada vez más veneno y le quita vida al suelo. Y en un suelo enfermo no pueden salir plantas sanas”.
“No solo falta trabajo en nuestro país, no sólo los alimentos son caros y no son de los mejores, sino que hay tierras ociosas. Entonces la forma de dar el salto es con estas técnicas organizativas y con los saberes generales de la agroecología que apuestan a la diversidad, a recrear una granja”, concluyó.