Por Beatriz Saizar, para Estación Sur Digital
La Subdirección de Proyectos Especiales del Ente Nacional de Comunicaciones (ENaCom) impulsa el Programa de Conectividad Roberto Arias. Esta propuesta profundiza desde una mirada social y comunitaria el carácter esencial de la conectividad en el territorio nacional.
Las “redes de internet comunitarias” se encuentran conformadas por organizaciones sin fines de lucro y que prestan el servicio asumiendo el costo entre los miembros de una comunidad.
En palabras de Natalia Vinelli, subdirectora de Proyectos Especiales, “el Enacom les otorga licencias bajo un régimen especial y expresamente les impone la prohibición de comercializar el servicio (res. 4958 ENACOM/2018). No tienen renta ni son aportantes al Fondo de Servicio Universal, justamente por su exclusión del régimen de comercialización. Por lo tanto, las redes comunitarias suelen constituirse en zonas donde no hay ningún otro prestador. También suelen florecer en las villas o asentamientos urbanos en donde las empresas comerciales muchas veces descartan prestar el servicio”.
Las redes, en materia de comunicación, sabemos, resaltan y rescatan la solidaridad y el acompañamiento entre vecinos, vecinas, organizaciones, actores y protagonistas que se involucran en el quehacer de sus comunidades y trabajan colectivamente para mejorarla, fortalecerla, y en este caso, conectarla.

Roberto Arias, fundador de FM Pocahullo, de FARCO (Foro Argentino de Radios Comunitarias), y antes de la Red Norpatagónica de Radios Populares, de la AM 800 Wajzugun, motorizador de Los Vecinos sin Techo de San Martín de los Andes que fue pariendo el barrio intercultural, uno de los más lindos proyectos existentes de estas características. Roberto, fue un rebelde, un generador de puentes, organizador de reclamos, canalizador de demandas, buen amigo y compañero, murió el 22 de mayo de 2019 después de pelear largo contra una enfermedad que terminó venciéndolo.
En el mensaje que se leyó en el “Encuentro de los pueblos” o “Trabún”, en su homenaje, Lautaro Capece, compañero y amigo de Roberto señaló: “Es la organización, la creación, la capacidad de resolver problemas, y unirnos entre nosotros, entendernos. Eso fue lo que construyó Roberto”.
Que el Programa de Redes Comunitarias de ENaCom lleve su nombre, es, fundamentalmente, un mandato, además de un homenaje. Sería el avance real y concreto para favorecer a través de recursos y legislación a un sector que resuelve desde hace muchísimo tiempo la necesidad de conectividad de poblaciones que no son de interés para las empresas.
La Unión Internacional de Telecomunicaciones, cuyos criterios se siguen en la legislación argentina, sugiere específicamente a los Estados considerar “a los pequeños actores comunitarios y sin fines de lucro” a través de “medidas reglamentarias adecuadas” que “permitan acceder a infraestructura básica y a precios justos” (recomendación UIT-D 19).
La Ley N° 27.078 en su artículo 18 dispone que el Estado Nacional es quien debe garantizar el Servicio Universal, entendido como el conjunto de servicios TIC que debe prestarse a todas y todos los habitantes de la Nación, asegurando su acceso en condiciones de calidad, con independencia de su localización geográfica.
Este programa, destinado a las redes comunitarias de internet consolida los objetivos programáticos que estableció la actual administración del ENaCom, entre los que se destaca el compromiso de “priorizar la reducción de la brecha digital a través del impulso de programas y proyectos de conectividad en la República Argentina que posibiliten el acceso equitativo, asequible y de calidad a las TIC a todos sus habitantes , con especial énfasis en las zonas desatendidas” y se agrega en otros documentos que esto se da en el “marco de una política pública que entiende a la comunicación como un Derecho Humano básico y el acceso equitativo a las nuevas tecnologías de la información como un elemento imprescindible en la construcción de ciudadanía”.
Se propone que los Aportes No Reembolsables (ANR) específica para redes comunitarias, financien el ciento por ciento de la obra de infraestructura e interconexión con el troncal (es decir, el caño maestro de internet).
“Hablamos de Proyectos pequeños, para pequeñas comunidades” amplía Vinelli y serán beneficiarios con prioridad “parajes rurales y comunidades de pueblos originarios que son comunidades de muy baja densidad poblacional, muy empobrecidas pero que tienen capacidad organizativa y vida comunitaria que les permite gestionar recursos, cuyas formas organizativas están reconocidas por la Constitución Nacional”.
El programa bonificará por 6 meses el servicio de internet, hasta que la red esté establecida para continuar por sus propios medios, cuando se trata de la creación de una red nueva, además, se eliminan las garantías debido a la naturaleza de estas comunidades.
En la actualidad, y en el marco del Programa de Conectividad para Barrios Populares, impulsado por la misma Subdirección se están llevando adelante proyectos de Conectividad en Villa Soldati (El Hormiguero), Villa 20 (Atalaya) y en varios localidades del país a través de La Poderosa, todas motorizadas desde organizaciones sociales que, convencidas del ejercicio de la comunicación como derecho, intervienen en sus territorios constituyéndose como proveedores del servicio de internet domiciliario.
Fortalecer y aprobar un Programa de esta naturaleza, resulta fundamental en este momento, adónde resulta clave la conectividad en materia de educación y salud, algo con lo que Roberto Arias, seguramente, estaría muy de acuerdo.
Algunas experiencias existentes: