Tras el fallecimiento del genocida Miguel Etchecolatz, los organismos de Derechos Humanos lamentaron “lo que ya no se va a poder saber” respecto de las personas desaparecidas y la apropiación de bebés. La abogada b explicó que “estaban al tanto” del estado de salud del represor, a quien consideró un “cruzado, que hasta el último día reivindicó” su accionar.
“Etchecolatz fue un convencido de lo que se estaba haciendo y hasta el último día lo reivindicó, era un cruzado en ese sentido. Es de los pocos que seguían defendiendo lo que habían hecho”, afirmó Godoy en diálogo con Radio Estación Sur.
En este sentido, la abogada aclaró que la noticia de la muerte de Etchecolatz “no nos sorprendió porque es parte del cotidiano de lo que hacemos”. Al respecto, explicó que hay “una tarea muy silenciosa que hacemos, que tiene que ver con contestar permanentemente vistas sobre pedidos de detención domiciliaria. así que estábamos al tanto de la situación de salud”.
Por otra parte, la querellante en juicios de Lesa Humanidad comentó que cuando muere un genocida “queda esa idea de lo que ya no se va a poder saber, de esas verdades que a 45 años todavía está la esperanza de poder reconstruir. Esa pregunta que a través de los juicios y los testimonios tratamos de contestar, pero sabemos que ellos tenían las respuestas, fundamentalmente dónde están”.
Por último, Godoy reclamó más agilidad en los procesos judiciales a represores, porque “estamos luchando contra la impunidad biológica, los represores tienen entre 80 y 90 años y entonces las condiciones para pedir prisión domiciliaria son mejores”. Y reclamó que “hay muchos casos que ni siquiera asoman por empezar, y eso es lo que tenemos que priorizar”.