“Se nos están yendo los pibes”, sentencian en un comunicado desde la organización Casa Joven- Obra del Padre Cajade. Hace algunas semanas, Marcos un miembro de la organización se quitó la vida, los dejó con preguntas y algunas respuestas.
La vida en el barrio no es fácil, nunca lo fue pero cada vez empeora un poco más. En dicho comunicado, mencionaron a algunos otros jóvenes que hoy ya no están. Algunos por decisión propia, otros por accidentes, riñas o cruces con la policía. Jóvenes mujeres que mueren en manos de su pareja o deciden no seguir, ¿Que se hace en estos casos en los que el abandono es notable?.
“Se nos están yendo los pibes”, dicen entre lágrimas de dolor y bronca. Las drogas son un camino de salida a esta realidad pero también una entrada a un mundo aún más oscuro. “Necesitamos algo que nos sostenga, algo que nos anude a la vida, que ponga lindo el estar acá. Siempre hay quien te quiere, pero a veces se pierde la noción, no alcanza“, expresan desde la organización.
El hambre aumenta, las necesidades también, la falta de trabajo digno se nota y con el invierno la necesidad de un hogar habitable se necesita cada vez más. “Las panzas están vacías, las calles rotas y el alma deambula buscando un lugar que la aloje”, agregan.
Entre tantas malas surgen algunas buenas, porque como ellos dicen “también existe bardo del bueno”. Ese ‘bardo’ que te da un plato de comida, un lugar calentito en el que estar, un laburo que en algo ayuda y esa mano que sólo el pueblo puede darle al pueblo. “Después de la pandemia todo quedó peor. Los gobiernos no dan pie con bola para achicar el hambre y hacer crecer el trabajo con derechos”, sostuvieron.
“Reclamamos un lugar para los sueños y realidades de vidas dignas, porque todes deseamos mil cosas, para ayer, para hoy, para mañana. La vida no es solo tener pan, techo y trabajo. Pero sin eso, la vida es miseria”, reza el comunicado difundido por Casa Joven y otras organizaciones del Padre Cajade. La vida de los pibes pierde ese camino del futuro, los pibes ya no quieren vivir así y deciden irse a otro plano. “Es urgente, es ahora”, las organizaciones no dan abasto y necesitan una mano del Estado, de la Municipalidad de La Plata, de los Ministerios y de todo aquel que tenga las herramientas para ayudar.
“Desde nuestra organización, y con el abrazo de todas las organizaciones hermanas, con el corazón desgarrado y las manos prontas, las y los convocamos a mirar a los barrio y atendernos“, concluyeron.