(23-06-2021) El pasado lunes 21 de junio, se celebró el día internacional de la miel y apicultores. Argentina, es el tercer país productor de miel a nivel mundial, y sin embargo, casi el 90% de la producción nacional se exporta. Desde Radio Estación Sur, contactamos a Roberto Imberti, Apicultor y tesorero de la Sociedad Argentina de Apicultores (SADA), para que nos cuente sobre la importancia de las abejas para el desarrollo de los cultivos.
“Las abejas mantienen la biodiversidad a través de la polinización, una de las tareas más importantes que realiza la abeja para la alimentación del ser humano y que no se ve”, expresó el criador y conservador de abejas. “El 60% de los productos producidos en el campo dependen de la abeja; como durazno, kiwi, manzana y otros productos que dependen de la abeja y otros animales polinizadores”.
#AHORA | 🍯¿Sabías que Argentina es el tercer productor mundial de miel?
🗣️ Hablamos con Roberto Imberti sobre cómo se produce el aliado alimenticio del invierno, que acompaña desde el mate hasta unas buenas tostadas
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El especialista, señaló la importancia de este proceso de polinización advirtiendo que en Argentina no se lo reconoce: “Si bien sabemos que la abeja poliniza en algunos lugares hasta te cobran por poner la colmena cerca de algún cultivo a pesar de que se vea beneficiado el dueño del campo”. Contó que en Estados Unidos y Chile, este proceso si es muy utilizado, utilizándose en el caso del primero el 50 o 60% de producción de abejas para la polinización de cultivos.
La polinización es el proceso mediante el cuál el polen es trasladado del estambre hasta el estigma de la flor, produciendo la germinación y fecundación de óvulos, lo que da lugar a la producción de semillas y frutos. Este proceso natural, es el que permite la biodiversidad en los cultivos. Sin embargo, ante la creciente muerte de abejas por fumigaciones el especialista advirtió la “pérdida de varios alimentos porque no se van a poder polinizar”.
“Se está notando la disminución de colmenas y de abejas en el mundo. Esto por la utilización en exceso de agroquímicos y productos fitosanitarios a los que llamamos agrotóxicos porque son muy tóxicos para las colmenas”, sostuvo Imberti. “Existen dos tipos de productos: los herbicidas como el glifosato que matan toda la flora por lo que la abeja se queda sin alimentos; y después están los productos químicos insecticidas que la matan de forma directa o subletal, la van matando de a poco”, agregó.
El especialista, manifestó su preocupación ante la disminución de abejas y colmenas llevándolo al análisis de la producción en las últimas dos décadas: “Las estadísticas de hace 20 años demuestran una colmena en la provincia de Buenos Aires producía entre 50 y 60 kilos de miel por temporada, y hoy estamos en 25 o 30 kilos”, informó.
“La producción ha bajado mucho porque para que una colmena produzca necesitas muchas abejas adentro de la colmena en la época de floración, si las abejas están perjudicadas por agrotóxicos hay menos población de abejas que busquen néctar para transformarlo en miel, por lo que hay menor producción. Esto es un problema a nivel mundial, Europa y EEUU han perdido gran cantidad de colmenas y es fundamental concientizar a la población para que estos no siga pasando”, manifestó.
Asimismo, contó que desde SADA están intentando que el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) prohíba agrotóxicos como el glifosan “porque deja un residuo por 30 días en el cultivo, y si la abeja va a esa planta las mata”. Y dio a conocer que “hay una fuerza muy grande puesta por parte de Monsanto-Bayer para que estos productos sigan vigentes, y que donde se prohíban van a tener otros productos listos para sacar al mercado”.
Argentina, es un país productor de miel para la exportación ya que según Roberto Imberti, “no es parte de la cultura alimentaria”. “Somos el tercer país, a veces el segundo, productor de miel en el mundo. Generalmente se exporta el 95% de la miel producida porque Argentina no la tiene muy incorporada en su alimentación. Tenemos alguna idea de que es un poco más porque hay mucha miel que circula por circuitos no comerciales: todos los apicultores vendemos miel en el pueblo, a un vecino, y toda esa miel no entra en el circuito comercial por lo que argentina debe consumir más del 5%, pero no debe ser más del 20%”, aclaró.
Planteó la importancia de una Ley Nacional Apícola que incentive a los dueños de las tierras a incorporar este sistema de polinización en los campos, y revalorice la importancia de las abejas como agente polinizador clave para el desarrollo de la cultura y sus alimentos.
“Nos cuesta conseguir lugares para poner colmenas. Faltan incentivos que a veces tienen que salir desde el Estado para el apicultor que produce 50 mil toneladas de miel a raíz de tres dólares el kilo, que es un montón de plata que ingresa el país; pero también los beneficios indirectos debemos producir muchísimo más que la miel exportada”, aseguró.
También informó que se realizará un Congreso de Apicultura Argentina entre el 5 y 8 de julio organizado por SADA: “El congreso apunta a visibilizar la importancia de las abejas y los apicultores porque es muy necesaria para el desarrollo de la vida porque muchos alimentos se producen gracias a la abeja, un insecto social muy interesante de estudiar, cada abeja tiene su función importantísima en la colmena”.