El 8 de julio de 2017, Ariel “Papu” Báez atacó brutalmente a Emma Córdoba y Ana Laura González. Tras haber sido sometidas a un infierno, Emma no logró sobrevivir mientras que Ana se salvó de milagro. Gracias a que hubo una sobreviviente, pudo saberse quién fue el agresor y femicida.
A casi seis años del femicidio, el Tribunal de Casación de la provincia de Buenos Aires confirmó la condena de reclusión perpetua para Báez. La resolución fue dictada por la Sala V de la máxima instancia del fuero penal provincial con los votos de los jueces Ricardo Maidana y Víctor Violini.
Maidana y Violini rechazaron la apelación de la defensa oficial y avalaron la aplicación de la condena a reclusión perpetua. La misma implica que el sentenciado no podrá acceder a ningún beneficio de libertad anticipada, entre otros agravantes de esa figura penal; y deberá pasar 50 años tras las rejas.
En el juicio oral la fiscal Silvina Langone había solicitado la pena de reclusión perpetua tras considerar probado que el ataque ocurrió el 8 de julio de 2017. La sentencia de primera instancia contra Báez se conoció el 3 de diciembre de 2021.
Jerónimo Guerrera Iraola, abogado de la sobreviviente, adhirió al planteo de la fiscal y sostuvo: “Estamos en presencia de un femicidio y de un intento de femicidio en concurso con otros delitos que atentan contra la dignidad de las mujeres”. En esa línea, resaltó que se trata de una “trama de violencia y desprecio hacia las mujeres”. Además, invitó a los jueces a comenzar a “construir un ‘Nunca Más’ de la violencia patriarcal, de la violencia de género”.
Por su parte, Marcos Peña, abogado de la familia de Emma Córdoba, también adhirió a los planteos anteriores e hizo un “fuerte llamamiento a los legisladores” para que trabajen en materia de violencia a las mujeres y se analicen penas más altas, “reparatorias para la sociedad”, para los casos de femicidio y violencia extrema.