Por Claudio Lambolla (*)
Se cumplieron 200 años de la muerte del revolucionario Martin Miguel de Güemes. Asesinado por un tiro entregador, nunca huyó, nunca dio la espalda a la lucha. Fue entregado por argentinos, los Benitez; los Gurruchaga, a las manos de “El Barbarucho” Valdez. Sólo hicieron falta 5000 pesos…
Reivindicamos la lucha del Jefe de los infernales y su guerra gaucha. El ejército de hermanos que pelearon codo a codo con este líder, que supo compartir mesas de estrategia con San Martín y Belgrano.
A pesar de las incontables trabas del poder central de Buenos Aires en manos de los Posadas; los Rodriguez; los Rondeau; los Rivadavia, llevaron adelante la liberación de Salta, Tucumán y el periplo revolucionario de la mano de estos héroes.
El revisionismo histórico es necesario para recordar las buenas y las malas cosas, fundadas en traiciones a compatriotas y que han cimentado el poder desde un sector burgués de la Argentina naciente de aquella época.
Por su parte Güemes, Don Martín Miguel fue uno de los grandes héroes en las invasiones inglesas, protagonizando un hecho curioso: en la primera Invasión Inglesa (1806), vio que el barco inglés Justine había encallado en el Río de la Plata a raíz de una gran bajante. Raudo con un grupo de caballería del escuadrón Húsares se lanzaron al río y lograron abordar y tomar este barco. En ese momento, tenía apenas 21 años y sólamente era un cadete con ínfulas de libertad.
De allí no paró hasta la gobernación de Salta, cuando había cumplido los 30 años. Todas estas hazañas, las logró junto a Macacha Güemes, su hermana, que paradójicamente murió un 7 de junio día que hirieron de muerte a su hermano, su compañera Carmen Puch, incansable luchadora por la liberación de los hermanos salteños.
Junto a Artigas fueron un problema para Alvear y el poder de Buenos Aires. Después de 200 años el conservadurismo, los apellidos patricios, han solapado sus políticas, como pulpos, cada uno de sus tentáculos tienen una función particular, la justicia, la información, la embajada.
Ya no son los 5000 pesos que sirvieron para entregar al caudillo salteño. Ahora las herramientas son distintas. Se han cimentado políticas desde la democracia, una justicia comercial lista y preparada para sostener los diferentes desfalcos y manejos espurios tales como el Correo, como los peajes, las renegociaciones de deuda, la entrega de tierras.
También la información como en aquellos tiempos juega un papel central en esto, una vez más nos vamos a 1821 y vemos lo que la gaceta ya con la dirección de Bernardino Rivadavia escribiría tras la muerte de Güemes, el 19 de julio de 1821: “Murió el abominable Güemes al huir de la sorpresa que le hicieron los enemigos con el favor de los comandantes Zerda, Sabala y Benítez, quienes se pasaron al enemigo. Ya tenemos un cacique menos”.
Hoy La Nación, Clarín, infobae, C5N, A24, dejaron de lado la información objetiva para ser relatores de políticas. La información ha dejado de ser “LO IMPORTANTE”, la bajada de línea de cada uno de los nombrados anteriormente es dada según su interés y cada uno de nosotros vemos lo que queremos ver. Hoy manejan el país conglomerados de empresas, digitando el valor de todo, como desde 1880 lo fue pergeñando Julio Argentino Roca, después de la embestida de Alsina que lo único que dejó fue una gran zanja.
Roca que comenzó la Campaña del Desierto en medio de la pampa húmeda y entregó las tierras a las familias del poder de esa época, en la presidencia de Avellaneda, dejando muerte y desolación de los pueblos originarios dueños de la tierra. Desde siempre somos títeres de las grandes familias, de esas empresas conformadas por esta gente sin Nación; porque los Roca, los Macri; los Bulgeroni; los Mitre; los Uriburu; no tienen Nación viven para el poder y ese poder los ha cegado y no los deja ver que con la mitad de lo que tienen pueden seguir siendo lo que son sin sacar la bota de nuestras cabezas, solo con un par de huesos para la gente.
Los gobiernos cómplices de esto, “la justicia” complice de esto, los legisladores cómplices de esto. Cuando llegó Nestor y cambió el paradigma y cuando lo siguió Cristina poniendo a la gente y sus necesidades como prioridad en la agenda, las familias patricias hicieron llamadas a su padre del norte y apretaron el puño un poco más y nos hicieron creer que no nos merecemos lo que tenemos; que lo bueno no es para vos, porque sos un trabajador, que vos tenes que trabajar no tenes que gozar de las cosas buenas de la vida, eso no es para vos…
Hoy es fundamental reconocer quien nos representa y que nunca te van a invitar a su mesa. Guemes Artigas; Mariano Moreno; Dorrego; San Martin Belgrano; Monteagudo y tantos otros, lucharon por un país libre.
Hoy estamos oprimidos por las mismas familias que pedían a gritos que vengan los ingleses, como Bullrich que quiere entregar las Malvinas a los ingleses. Pensá libremente y claramente, pero por favor, ¿estás seguro que te ves ondeando una banderita por Vicentin, por los dueños de frigoríficos, por los dueños de la soja?
Basta de verdad, basta de que te planten una “CRISIS”. 200 años en “CRISIS”, déjense de joder, pensemos en los verdaderos culpables de este desastre que arrastra tantos años, la oliarquia argentina nos ha llevado a esto, es hora de enfrentarlos claramente y sin descanso.
Que la reivindicación de caudillos como Güemes nos temple la razón para resistir y dejar claro que lo único que puede existir en Argentina es un pueblo digno con una sola bandera que es claramente Nacional y popular.
Comunicador popular (*)