Por Matías Bonadeo
Son las 16.26 y estoy sentado en un edificio ubicado enfrente del Estadio Obras. Mientras tanto, Cruzando el Charco hace pruebas con “El trato”.
Cruzando el Charco y Sueño de Pescado tocan en el Estadio Obras.
Un Obras distinto, renovado, que apuesta a la cultura después de atravesar la pandemia. Con capacidad reducida pero con la esperanza de que estas bandas y muchas más puedan volver a tocar para 5 mil personas, como en los viejos tiempos. Son momentos de cambios.
Faltan dos horas para que Cruzando el Charco comience a tocar y se empieza a ver gente copando las inmediaciones del estadio. En lo personal, es una banda amiga, de cuando tenía veinte años. Los acompañé siempre.
Me hice muy amigo de Manuel y de Francisco. Siempre venían a nuestro programa radial “Otro hermoso día en el útero”. Empecé a patear con ellos, me fui de gira, compartí momentos, días, noches, plazas, vivencias, temas inéditos, conocen a mi familia, escenarios, cumpleaños, navidades. La vida.
Por eso estos dos shows me llegan con mucho sentimiento.
Arranqué la jornada temprano porque me pude sumar en el viaje de Juan Matías, el bajista del Charco y amigo desde los quince años. Después él se convirtió en bajista y yo, desde la radio, acompañé a su banda.
Mientras tanto, Cruzando sigue probando sonido y suena “A mil”, el tema que los llevó al éxito.
La gente todavía hace fila afuera, mientras disfruta de algún trago. A las 19.00, la banda sube al escenario.
Cruzando el Charco
La banda explotó con “Luces” y al toque le dieron paso a “Soy”. Un público acorralado, dividido en burbujas, donde cada uno comparte con sus amigos las canciones de la banda, agita desde su lugar y se va levantando la temperatura.
“Buenas noches Buenos Aires. Estamos muy contentos de volver a tocar y esta es la primera vez que tocamos aquí”, comenzaron. Mientras el público se va acomodando, suenan “Encontrar” y “Piel de cocodrilo”.
“Somos el primer recital en argentina con todos parades”, dice Nahuel, guitarrista del grupo. Y la banda deja caer “Lo nuestro tiene magia”.
Luego llega el primer invitado de la noche, Renzo Luca, para tocar “Montaña rusa emocional”.
“Ahora vamos con otro tema. Le mandé la canción (a Coti) y me dijo: ‘Es muy bonita’. ‘Bueno, me gustaría que la grabemos juntos’. Esta canción se llama ‘El trato’”, presentó Francisco, el cantante de Cruzando.
Para hacer “Cartagena” hay un cambio de roles: canta Nahuel y Fran agarra la guitarra. La gente explota de emoción. Nahuel siempre gozó de mucha hinchada. Minutos después, continúan con “Mi partida”. Con “El baile” y “Volver a nacer” aterrizan en la mitad del show.
“Les queremos contar que ya terminamos de grabar disco nuevo”, avisa Fran. “¿La están pasando bien, loco?”, pregunta, para luego aprovechar para cantar “Viejo” en un solo con guitarra y, poco después, con el acompañamiento de toda la banda completa.
Las burbujas se respetan y el sistema de protocolos es muy estricto. Los músicos de La Plata le piden a la gente que se sigan cumpliendo las medidas de seguridad para poder continuar con los shows.
Al grito de “No nos vamos nada, que nos saquen a patadas”, Nahuel pregunta por Tehuel. “Esta canción está dedicada a las pibas”, dice, y la banda presenta “Madrugadas”.
“Es muy importante para nosotros que estén esta noche acá. ¿Quieren rock and roll?”, pregunta el cantante, y el Charco deslumbra con la potencia de “Adonde están”.
“Gracias loco, ahora sí, quiero invitar a un amigo con el que compartimos gira: Guido, de Parientes, para juntos cantar “A mil”.
La banda termina con “Terminales” y un grito de Fran “¡Nos vimos!”.
Las luces se prendieron y la gente se retiró. Pero al instante salió la banda y a luces prendidas interpretaron la canción para que la gente se vaya retirando de bailando con ritmo y sabor. “colgados de este amor”
Una noche épica que quedará grabada en la memoria de cada músico, amigos y familiares.
Sueño de Pescado
Luego del show de Cruzando el Charco y con el alma feliz porque mis amigos dejaron todo, nos invitaron a retirarnos. Como dije, en Obras son muy estrictos.
Mientras tanto, la porteña Avenida Libertador empezaba a poblarse de seguidores de Sueño de Pescado.
En la entrada del ingreso de autos, los chicos de Cruzando salían a recibir a su público para sacarse unas fotos y firmar gorras y remeras. Un gesto enorme de la banda que siempre sale al instante del camarín y se pone a compartir con sus seguidores. Ahí fue la última vez que vi a cada uno de ellos.
Buscador de ventanillas de acreditaciones, ahí me fui a compartir mi burbuja con el fotógrafo de Vorterix, también estuve con @usinaradio y @moviendocultura, que además, me convidaron Fernet. Un seguidor de Sueño vendía barbijos y le compramos uno cada uno. Con pulsera de prensa, llegamos al campo.
Una vez ahí fue como siempre, encontrarme con toda esa gente hermosa que conocí desde el primer show de Sueño de Pescado. La gente del oeste, Córdoba, Rosario, Uruguay que siempre nos abrieron las puertas y por supuesto encontrar a toda la gente linda de La Plata.
A las 22.00 se apagaron las luces, la sirena y la canción de Tchaikovsky– 1812 overture.,V de Venganza anunciaba el comienzo del show.
La banda de mi amigo Manuel pisaba el escenario ¡se empezaban a cumplir los sueños!
Rápidamente el grupo subió a escena para hacer sonar ” Mil Pasos “ y un Manuel Rodriguez cantante de la banda, de jogging y remera del “GOGO” stage de la banda y de guasones que lamentablemente se nos fue en febrero. Saltaba , cantaba y era feliz arriba del escenario. No era para menos la felicidad ya que la gente estaba al palo.
Hay que mencionar la incorporación de Diego Ocampo en percusión y secuencias y el power de Luciano Manso.
Siguieron “Nube Negra”, ” Mi cielo te deje “ y ” Buscan “ Los quiero ver a todos cantar bien fuerte, decía Manuel mientras se caminaba de Punta a punta el escenario y en cada oportunidad abrazaba al Guachi guitarrista y fundador de la banda.
La energía se vio reflejada en “Fantasmas” y todo obras cantando “y el grito de mi alma ya nadie lo puede frenar” . Hasta que llegó el turno del primer tema del último disco doble llamado “La Palabra” el elegido fue “Mi corazón contra todo” y todo el cardumen coreando “Es mi corazón contra todo siento, siento hasta el dolor que llevas dentro” Ahora sí decía Manuel que invitaba al público a cantar en cada ocasión .
Con “Maquinado” llegó el momento de bajar un cambio.
Y la banda pidió que respeten las burbujas sino no podían continuar. “Loco saben las ganas que tengo de tocar yo “decía el Gato Lagana bajista de la banda. “Compórtense, así seguimos” decía Manuel.
La lata de cerveza cuesta 300 pesos. No importaba, la gente compraba y compraba. Brindo con Pancho Barbas, amigo, y nos quedamos comentando el show y disfrutando mucho.
Sueño siguió con “Negrita” y “Rock sin vuelo” y mientras me iba encontrando amigos la noche iba llegando a su fin. Desde la mitad del campo vi “Los años ligeros” y al instante sonó “Todo se va” y no se como y en qué momento pero muchas banderas de palo empezaron a ondear en Obras.
Para el final “Las verdades”. Y la gente sintió que volvió al pogo. Como dijo Nahuel de Cruzando El Charco, “somos el primer show en Argentina con todes de pie” y así fue.
Entre Manu y el Guachi agarraron una bandera del Gogo y se despidieron.
Yo volví a La Plata con el Pata del Cuartito del Pepa y amigos de Punta Lara, y sentí como hace mucho, que las cosas comenzaban a ponerse de nuevo, en su lugar.