Por Agostina Zeki (*)
Este miércoles 25 de mayo se celebra el aniversario de la revolución de mayo que dio lugar al primer gobierno constitucional patrio. A 212 años de esa semana histórica, sigue latente el deseo de libertad de nuestros pueblos y territorios en un país donde la soberanía es cuestionable ante la profundización de un modelo extractivo que la ha reducido a una “soberanía de márgenes“, como la definió Guillermo Folguera, biólogo, filósofo e investigador de Conicet.
“La parte central y nuclear -que es el destino de nuestros territorios y de gran parte de la población- hoy no está siendo objeto de disputa. La radiografía Argentina es elocuente en este sentido, estamos hablando de más de la mitad de la población bajo la línea de pobreza, niveles de desigualdad social y depredación ambiental histórica: somos de los 10 países más deforestados en los últimos 20 años, contaminación química masiva en agua y tierra, una urbanidad cercana al 94%, concentración en propiedad y uso de la tierra, degradación de la matriz productiva, entrega de los territorios a empresas, muchas de ellas, multinacionales”, explicó.
Y añadió: “Todo un mapa general de entrega que no solo se hace patente, sino que es presente, se actualiza y avanza como por ejemplo con la aprobación del Trigo HB4 o la entrega del mar argentino a empresas como Equinor, Shell o a la propia YPF que tiene accionistas financieros”.
Folguera, sostuvo que “se trata de una forma de entrega tal que nada de eso esta en discusión cada vez que hay elecciones. El año que viene las hay y sabemos que nada de esto va a estar en discusión por parte de los grandes partidos mayoritarios que se llevan la mayor cantidad de votos”.
Teniendo en cuanta la categoría acercada por el investigador del Conicet y autor del libro “La ciencia sin freno“, es inevitable pensar en las peleas político partidarias que se alejan de las discusiones estructurales para la construcción de un Estado que realmente tenga soberanía sobre sus bienes naturales y que esa soberanía no signifique explotación.
En este sentido, Guillermo citó al político ,Joao Bernardo, para hablar de “Estado amplio”: “La propia construcción del Estado Argentino reciente, esta amalgama indiferenciable con empresas, reproduce lo que fue la ideología que intentó montar la dictadura de la década del 70, que los cambios institucionales en los 90 terminaron de concretar de alguna manera, y que hoy básicamente lo único que hace es buscar la reproducción del capital con mecanismos institucionales internos y externos que buscan garantizarlos. El acuerdo con el FMI es, quizás, la explicitación máxima de eso“, remarcó.
Folguera apuntó: “La deuda y los extractivismos tienen una alianza clara. No es que profundizamos los extractivismos solamente para pagar la deuda, sino que tenemos deuda para garantizar los extractivismos”.
Y argumentó: “Todos esos mecanismos institucionales, toda esta ideología oculta, toda esta forma de presentar como nacional y popular lo que claramente es una entrega, todo esto muestra a las claras que nuestra soberanía es muy acotada y que no hay manera seria de poner en juego todo esto sin empezar a dar algunas discusiones estructurales prácticamente desde cero”.
“Se trata siempre de empujar nuestra soberanía y nuestra independencia a los márgenes -continuó- a que los campos de elección y de autodeterminación sean prácticamente nulos y que, en todo caso, podamos poner detalles en juego y nos contentemos si ponemos en un billete una ballena o un/a prócer. Así nos quedamos focalizados en ciertas discusiones coyunturales para que toda esta discusión estructural en torno a la pregunta política por excelencia que es ¿cómo queremos vivir? aparezca solapada, oculta y hasta prácticamente invisibilizada”.
Folguera: “A eso a quedado reducida la soberanía, a la cantidad de dinero que se queda el Estado Argentino en proyectos de entrega“
Asimismo, refirió a los discursos desde lo “nacional y popular” que intentan instalar proyectos de destrucción ambiental con consecuencias sanitarias de gravedad en los territorios intentando “mostrar que son proyectos de soberanía”. Folguera ejemplificó con tres proyectos recientes en Argentina donde esto se expresa: la exploración sísmica en el mar argentino por las empresas Shell y Equinor, la aprobación del Trigo Transgénico HB4 de Bioceres, y los proyectos de Litio en Catamarca.
“Sin ninguna duda la crisis climática a dejado en evidencia este doble aspecto de la entrega: por un lado proyectos cortos , depredatorios e imposibles de ser pensados más allá de 5 años; y por el otro, un lavado verde, o greenwashing, que muestra que nuestra soberanía e independencia se conforman hoy en nuestro país con quedarse con una pequeña tajada de la entrega”, manifestó. Y concluyó: “A eso a quedado reducida la soberanía, a la cantidad de dinero que se queda el Estado Argentino en proyectos de entrega“.